Promoviendo en la educación pública el uso de la Inteligencia artificial para aprender
Una vez que el chat de GPT y otras herramientas de Inteligencia artificial salieron al uso público, para su infinita retroalimentación, tenemos múltiples nuevas posibilidades de crear, de producir y de aprender. Esta realidad virtual contiene muchísimas aristas de debate, por ello los impactos culturales, legales y políticos se tendrán que comenzar a estudiar para explicar los riesgos, y los entes públicos deberán aprender de estas investigaciones y las experiencias críticas para regular este nuevo infinito mundo que se está abriendo ante nuestras miradas.
A principios del 2024, a la mayoría de las personas a quienes les pregunté si han chateado con la Inteligencia Artificial me dijeron que no, pero al mostrarle algunas preguntas que se les puede hacer quedaron tan fascinadas como yo. Encontré varias expresiones iniciales de sentimiento de miedo frente a los riesgos incontrolables de esta nueva tecnología. Prejuicio esperable socialmente frente a lo nuevo y desconocido, pero, como también ha pasado en los casos anteriores, los miedos a las Nuevas Tecnologías, tanto como los temores a los avances sociales en materia de derechos que llevan a la evolución, se disipan con su uso recurrente. De esta forma se masifican los avances y se abren para las sociedades nuevos “portales” de posibilidades, para quienes puedan y se atrevan.
Claro está, que este recurso, debido a las brechas digitales y en el acceso a las TICs, todavía es para pocas personas, con lo cual, si esperamos, en nuestros países latinoamericanos, a que por un curso “natural” del mercado llegue a las diversas clases y sectores sociales, esas, ya no serán nuevas tecnologías cuando este masificado su uso. A la velocidad que se están desarrollando los avances quienes se rezaguen en acceder a este “portal”, que abren los chats de IA, están perdiendo demasiado, en términos de educación, de capacidades laborales y creativas y por lo tanto de adquirir conocimientos. Pero, además, quienes queden al margen se alejan muchos kilómetros de una gran posibilidad de desplegar sus habilidades cognitivas. Además, quienes no se suban pronto a este tren que te lleva a los “portales de la evolución tecnológica” están indirectamente perdiendo lugares de trabajo, porque su uso será condición necesaria para conseguir espacio en los mejores ámbitos que ofrezca el futuro -inmediato- de los mercados laborales.
Por eso considero que en la educación pública es urgente que se empiece a promover su uso entre docentes, para que aprovechemos los recursos que ofrece para enseñanza aprendizaje el uso eficientemente del Chat de Inteligencia Artificial (como casi todas las TICs).
Esta tecnología tiene una gran bondad, es de fácil uso, por lo tanto, se puede enseñar desde tempranas edades. Esto último con el propósito de formar a las infancias en el uso activo de las TICS y que no sean simples consumidores pasivos o personas adictas al estrés de los videojuegos, igualmente para evitar que se formen como personas que se conforman con la primera respuesta sin poder validar su calidad. Los chats generadores de textos, imágenes, canciones, videos de Inteligencia Artificial, dada su gran facilidad de uso, se convierten en una herramienta educativa muy potente. A la vez, en las formas de uso acríticas y su consumo pasivo se va consolidando un grillete contra la creatividad. Es precisamente la creatividad uno de los nutrientes principales de la inteligencia, de la mano de las habilidades lingüísticas y el razonamiento.
Es de reconocer que el riesgo de su mal uso es implícito, por lo tanto, es imperioso además de la necesidad de democratizar su acceso a gran velocidad para contrarrestar las brechas educativas; que se regulen, consensuadamente, los desarrollos que se pueden pretender con esta tecnología. En el ámbito educativo es innegable que el mal uso de los chats de IA puede contribuir con un deterioro de la enseñanza aprendizaje, y pérdidas importantes del desarrollo de la capacidad crítica y de razonamiento.
Es decir, con esta reflexión también reconozco que es una herramienta disponible para quienes se limiten a copiar sin reflexión, que puede generar estudiantes, en todos los niveles, que no validen los errores que escribe la IA, o que se conformen con la primera respuesta, incluso funciona para quienes quieran avanzar en la carrera educativa sin aprender a expresarse por escrito. Es evidente que, si existen amenazas para los procesos formativos, pero ahí justamente emerge la importancia del rol de las personas dedicadas a la docencia en este proceso; por lo cual, es imprescindible la pronta capacitación docente en su uso, para la creación y aplicación de estrategias pedagógicas creativas, que disminuyan el margen de la amenaza y lo transformen en potencia para sus procesos educativos.
La Inteligencia artificial para aprender

En este sentido, para hacer la tesis es fructífero hacer uso de esta herramienta, incluso diría que para ser estudiante universitario el chat GPT es un recurso clave para facilitar el proceso de aprendizaje. No obstante, será más útil en tanto: se les escriban mejores instrucciones (prompts) y se disponga de la capacidad de detectar los errores que comete, de ahí la importancia de hacerle las preguntas de diferentes formas y preguntarle si es verdadero lo que responde; las respuestas obtenidas antes de usarlas deben ser reflexionadas.
Para la producción académica es imprescindible validar las afirmaciones de estos chats con producciones científicas. Desde mi experiencia en asesoría a diferentes tesistas, encuentro que es una forma muy ágil de hallar el puntapié inicial, de iniciar el camino para relevar información, incluso puede ayudarnos a revisar la redacción y coherencia de nuestros argumentos. Pero también, el GPT ayuda para identificar el método estadístico más apropiado para comparar dos muestras a propósito de una hipótesis; o analizar textos para contar significantes específicos; por decir algunas tareas de la investigación en las que nos puede ayudar a amplificar nuestras posibildiades.
Hasta lo que he evaluado no sirve para copiarse ciegamente, aparte del problema ético, porque todavía sus respuestas parten de conocimientos generalistas y no especializados, por lo que para gran parte de las preguntas científicas no ofrece respuestas adecuadas aunque sí ideas para desarrollar el proceso y mejorar los análisis. Por eso encuentro que pedirle que haga un ensayo, monografía o argumento para preguntas académicas es un error ingenuo, muy fácil de detectar.
Intentar resolver sólo con el uso de las producciones de los chats de IA la elaboración de un trabajo académico, monografía, TIF o tesis, te llevará a presentar un material lleno de sentidos comunes, por lo cual una mirada avezada sobre la materia encontraría rápidamente el simplismo y la falta de profundidad en los argumentos expuestos.
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